Una curiosidad es que se han utilizado como alimento durante milenios, de hecho, se han encontrado restos fosilizados de guisantes en yacimientos arqueológicos del Próximo Oriente que datan de hace casi 10.000 años. Si se llevan consumiendo tanto tiempo, es por algo...

¿Te animas a probar esta receta de revuelto de guisantes con jamón?

Estas cazuelitas de huevo con verduras son ideales para preparar con antelación, sólo a falta de añadir el huevo. Incluso, se pueden llevar a trabajar si lo ponemos en un tupper en vez de en las cazuelas, y terminar justo antes de comer.

¿Te animas a probar esta receta de cazuelita de huevo con verduras?

El shakshuka es un plato típico de la gastronomía magrebí y de Oriente Medio que se prepara escalfando huevos en salsa de tomate especiada, con pimiento y cebolla. Se adereza con especias como comino, pimentón y harissa, una pasta picante que es también propia de esa cocina. Si no la tienes, te doy una alternativa en el apartado 'Trucos y consejos', para que puedas cambiarla.

Aunque muy diferente por las especias usadas, la shakshuka estaría vinculada a platos protagonizados por sofritos vegetales como el pisto manchego, la piperrada en el País Vasco y Navarra, la samfaina o sanfaina en Cataluña y Valencia, la alboronía andaluza, el tumbet mallorquín y, cruzando fronteras, el ratatouille francés.

¿Te animas a probar esta receta de shakshuka?

Los cardillos (scolymus hispanicus) son una planta herbácea que crece de forma silvestre en primavera en sembrados, barbechos y en los márgenes de los caminos. Conocida también como cardo de olla, tagarnina, cardo zafranero o cardón lechar, tiene un intenso sabor. De los cardillos, como de los espárragos trigueros y otras verduras silvestres, dice el refranero castellano: “Los de abril para mí, los de mayo para mi amo y los de junio para el burro”, ya que a medida que pasan las semanas se endurecen.


Una vez cortada la planta, hay que saber cómo pelar los cardillos para eliminar las hojas, que están llenas de espinas, sin pincharnos. La técnica no es difícil, aunque sí laboriosa. Hay quien lo hace con navaja, pero si no sabes, se puede hacer del siguiente modo: se sujeta la planta por la raíz y, con un guante, se aprieta y arrastra con los dedos hacia la punta, dejando limpio el nervio. Esa penca es la que se trocea y se cocina.

Protagonista de revueltos, tortillas, sopas o potajes, mi forma favorita de comerlos son los cardillos esparragaos, un apelativo que hace referencia a que el plato habitualmente se prepara con espárragos trigueros o acelgas. Es un guiso con jamón y pimentón, al que se añade huevo para enriquecer y dar consistencia.

Si das un paseo por el campo o tienes algún familiar o amigo que salga a coger cardillos, anímate a preparar esta receta de cardillos guisados.

¿Es el jamón el alimento más rico del mundo? Desde luego es un producto único y si podemos permitirnos, aunque sea en ocasiones especiales, comer jamón ibérico de bellota, tocaremos el cielo con la punta de la lengua.

Quería preparar una tapa que tuviera al jamón como protagonista indiscutible y creo que lo he logrado, usándolo en tres texturas y combinándolo con patatas y huevo, dos de los productos que mejor le acompañan. Este bocado incluye una loncha de jamón, patatas paja, yema rellena de caldo de jamón y polvo de jamón coronando esa yema.

Esta yema de huevo cocinada por dentro es una idea del chef Eneko Atxa, pero es tan sencillo hacerlo en casa, que no debéis tener miedo. Solo hace falta un palillo, una jeringuilla y un poco de delicadeza. Bueno, y huevos muy frescos y un caldo rico, en este caso, de jamón.

Cualquier ocasión es buena para preparar estas cucharitas de jamón en texturas con patatas y yema, ¿no crees?

El arroz de konjac o arroz de shirataki es una pasta de origen vegetal compuesta por agua y harina de glucomanano. Es transparente, sin gluten y apenas tiene calorías (5 K por cada 100 gramos), lo que hace que sea un producto interesante para personas que quieren reducir peso porque además es muy saciante.

Existen distintos formatos de pasta konjac, como arroz o tallarines, y el hecho de que no tenga olor ni sabor (es agua en un 95%) lo hace ideal para combinar con nuestros ingredientes favoritos. En este caso he elegido un pisto de verduras y un huevo cocinado a la plancha, para aportar nutrientes saludables al plato.

La pasta konjac ayuda a regenerar la flora intestinal gracias a su efecto prebiótico, a mantener los niveles de colesterol y a retrasar la absorción de la glucosa. Es importante consumirla con bastante agua para evitar problemas intestinales, teniendo en cuenta la capacidad de incrementar su volumen. En dosis adecuadas, no ocasiona efectos secundarios.

¿Te animas a probar esta receta de arroz konjac con pisto y huevo?

Los huevos a la flamenca son un plato típico de Andalucía para el que no hay una receta exacta. Lleva una base de tomate frito (mi favorita es la salsa pomodoro) con trocitos de verduras al gusto, unos guisantes y algo de embutido. Por encima se pone un huevo por persona, se cuaja y se sirve caliente con una buena ración de pan.

Lo mejor es que lo puedes cocinar en el microondas en menos de 10 minutos. El horno microondas es uno de los electrodomésticos más rápidos y cómodos para preparar nuestros platos, pero hay mucha gente que solo lo usa para calentar. En este caso, va a acortar notablemente el tiempo de elaboración y hará que solo manchemos un recipiente, porque lo cocinaremos y serviremos en el mismo.

Además de estos huevos a la flamenca, puedes preparar otras recetas con microondas, e incluso preparar postres en el microondas. Al final del post te dejo trucos y consejos para que saques el máximo partido a este pequeño electrodoméstico.

¿Te apetece solucionar la cena en 10 minutos? Preparas esta receta de huevos a la flamenca y disfruta.

La tortilla de patata es uno de los platos más populares de nuestra gastronomía. Aunque no es difícil de preparar, sí lleva tiempo, porque hay que pelar, partir y freír las patatas. Para solucionarlo, tenemos esta tortilla de patatas chips, que aunque no es igual que la clásica, nos sacará de un apuro si vamos con prisa y nos apetece tomarla.

La receta de tortilla de patatas chips se atribuye al chef Ferran Adrià, quien al parecer, improvisó con ella en una cena en casa para la que apenas tenía ingredientes hacia el año 2000. En vídeos que circulan por la red, Adrià no deja reposar las patatas, simplemente las añade al huevo batido y cuaja la tortilla, pero el interior queda bastante desligado.

Por supuesto, no es la mejor tortilla de patata de la historia, pero hay que reconocer que tiene gracia, que se hace en un momento y que queda rica. Es ideal como solución rápida, para unas prisas. Y si, además, probamos con patatas chips de diferentes sabores, conseguiremos resultados originales.

¿Quién se anima a probar esta receta de tortilla de patata con patatas chips?

Son los hongos comestibles que más se usan en la cocina. Los champiñones, cuya variedad más cultivada es la de color blanco, tienen un sabor neutro y delicado, que los hace perfectos compañeros de casi cualquier plato. Entre sus ventajas, su alto contenido en fibra y vitaminas, y las pocas calorías que contienen, que los convierten en un alimento ideal para dietas de control de peso.

Se pueden preparar casi de cualquier manera, pero en este caso, son protagonistas de una receta rápida y sencilla, que puede servir como primer plato, como plato único en la cena o como aperitivo para picar. Se trata de champiñones rellenos de crema de queso y huevos de codorniz, un plato muy sabroso cuya única clave está en lograr que las pequeñas yemas queden líquidas al salir del horno.

Si te gustan las recetas con champiñones, también puedes disfrutarlos rellenos de jamón, con pasta, en risotto, con filetes en salsa, en ensalada templada de lentejas, con glass noodles o guisados al vino. ¿Cómo vas a prepararlos?

Me encanta probar distintas recetas de tostas, porque ofrecen un montón de posibilidades, son rápidas y sencillas de hacer y, además, están muy ricas. Te solucionan la cena en un momento y se pueden adaptar a los ingredientes que tengamos en la nevera. Lo importante es combinar alimentos con diferentes sabores y texturas y mejor si son de temporada. En este caso, he usado espárragos verdes, con su punto crujiente, y un huevo poché, meloso; para lograr contrastes, la crema de queso parmesano es sabrosa y con un punto picante, y la crema balsámica, ácida y dulzona.

Por supuesto, para hacer una buena receta de tosta hay que escoger un buen pan. Los hay de diferentes sabores, en función de la harina utilizada; con migas más o menos densas, según la hidratación; y también con cortezas muy diferentes, de las más tiernas, a las más crujientes, incluso con granos, semillas o cereales adheridos. En este caso, te recomiendo usar pan de pueblo o tipo hogaza, con su corteza crujiente y su miga resistente.

Respecto a la crema de queso, elige una sabrosa, no el típico queso crema blanco. Yo he usado una crema de parmesano con un toque de guindilla, que tiene protagonismo por sí sola. Y no te preocupes si no sabes preparar un huevo poché: es mucho más fácil de lo que parece. En el paso a paso te explico todos los trucos para que quede perfecto, con la clara cuajada y la yema cremosa.

¿Te animas a preparar esta tosta de crema de queso con espárragos y huevo?

Estamos acostumbrados a comer patatas fritas, pero son muchas las verduras y hortalizas que se pueden cocinar con esta receta de chips vegetales, consiguiendo verduras finas y crujientes. Y lo mejor, pueden prepararse chips saludables, sin grasa, cambiando la fritura por la deshidratación del horno.

Estos chips vegetales son una alternativa baja en calorías para picar entre horas, un aperitivo saludable cuando queremos cuidarnos. Lo mejor es que está rico, no es el típico alimento soso y simplón. Eso sí, no hay que escatimar en hierbas aromáticas y/o especias, son fundamentales para que la receta de chips de verduras funcione.

Aunque se pueden servir solos para picar, estos chips de verduras pueden convertirse en un plato si los acompañamos con una yema de huevo curada. Hay distintas técnicas para hacerlo, pero la más sencilla es hacer la yema marinada en salsa de soja. Después de unas horas no estará cruda: aunque no haya recibido calor, estará 'cocinada' y se podrá consumir sin peligro para la salud.

¿Te animas a preparar esta receta de chips vegetales? ¿Vas a curar yemas en salsa de soja? Sube tus fotos a cualquier red social, me encanta verlas.

La de Pazo de Vilane es la historia de un sueño, el de la familia Varela-Portas, que con mucho trabajo y cariño ha convertido un pazo abandonado del siglo XVIII en Antas de Ulla (Lugo), propiedad de sus antepasados durante doce generaciones, en un ejemplo de emprendimiento y buen hacer. En la actualidad comercializan 2,5 millones de huevos camperos cada mes, además de mermeladas artesanales, y dan trabajo a los vecinos de la zona. Hoy, segundo viernes de octubre, es el Día Mundial del Huevo, ¿quieres conocer su historia?

Los huevos rellenos son una receta tradicional de la cocina española. En cada casa de preparan con un relleno: ensaladilla, atún con tomate frito o carne picada con bechamel son algunos de los más frecuentes, pero al final del post te daré otras ideas originales. Hay quien, una vez rellenos, los empana y los fríe. Además, se pueden tomar en frío, templado o caliente, en función del relleno.

En este caso he elegido un relleno para huevos muy sencillo y rápido de preparar: sólo hay que batir la mitad de las yemas cocidas con pavo (o jamón york), surimi (o atún), unos pepinillos y un poco de mayonesa. Obtendremos una crema que nos puede servir no sólo para esta receta de huevos rellenos, sino para preparar unas tartaletas, canapés o untar una rebanada de pan.

Uno de los problemas de los huevos rellenos es que suelen ser poco vistosos. Para evitarlo, podemos rellenarlos con una manga pastelera con boquilla rizada y rallar un poco de yema cocida por encima. Si añadimos algo de perejil picado, le daremos un toque de color.

¿Te animas a preparar esta receta de huevos rellenos?

En este caso hemos preparado las habas salteadas con jamón. Para que sean tiernas, es fundamental su tamaño: cuanto más pequeñas, mejor; de hecho, si tienes la oportunidad de elegir, te recomiendo las habitas baby, de piel muy fina y textura suave. En este caso, he usado habas frescas congeladas, a la venta todo el año, porque la temporada dura sólo los meses de mayo y junio. Son cómodas porque ya vienen sin vaina y no hay que desgranarlas. También podemos encontrarlas frescas en conserva, además de secas, de aspecto similar a las alubias.
Esta receta de habitas fritas es muy sencilla de preparar y, si le añades un huevo por persona, conseguirás un plato completo. Si lo haces para varias personas, puedes utilizar cazuelitas individuales, donde eches cada ración, de tal forma que añadas un huevo en cada una, hornees y sirvas directamente. Sólo un consejo: busca un buen pan para pringar la yema y disfruta.

Si preparas esta receta de habas con jamón y huevo, sube una foto a cualquier red social y etiquétame (Facebook | Twitter | Instagram | Pinterest | Google+). ¡Espero que te guste!