¿Has comido caramelos de violetas alguna vez? Sí, aquellas florecitas de sabor característico que venían en unas cajitas transparentes. Solo con recordar su olor particular, 'descumplo' unos cuantos años y se me hace la boca agua... Por eso, cuando vi esta receta en el blog de Vivi, no tuve dudas de que tenía que prepararla.
Con ella participo por primera vez en el reto de El asalta blogs, una iniciativa en la que más de cien gastroblogueros 'asaltamos' la página de uno de los participantes, elegido por sorteo, y preparamos una de sus recetas. Como decía, echando un vistazo a la cocina 'asaltada' este mes, para ver qué post elegía, me decidí rápido por esta tarta mousse.
Se trata de una tarta que lleva tiempo saltando de blog en blog. Rastreando el origen, para citar a su autor/a, conseguí llegar hasta 2007, cuando al parecer dos personas diferentes la subieron a un foro de recetas, supongo que sacada de algún otro sitio. Aquellas, llevaban mermelada de violetas en la cobertura, pero a alguien posteriormente se le debió ocurrir cambiarla por gelatina hecha con los propios caramelos. Yo me he permitido hacer una aportación: una base crujiente con almendra crocanti (la venden en bolsitas en Mercadona), que contrasta con la suavidad de la mousse. Es del estilo de otros postres fresquitos que ya he publicado, como la tarta fría de limón, la tarta mojito o la tarta Oreo.
Como curiosidad, según he leído en varias webs, parece que estos caramelos, 'inventados' a principios del siglo XX en Madrid, eran los favoritos del rey Alfonso XIII y que, tanto le gustaban, que "solía regalárselos a sus amantes" (no sé cuántas tendría...) y, supongo, también a su esposa. Lo que os digo, que esta tarta es un manjar de reyes... ¡Espero que la disfrutéis!