Hay quien piensa que comer verduras es aburrido. Pero platos como éste, de berenjenas asadas con salsa de yogur y tahini, es un buen ejemplo de que las verduras bien acompañadas pueden estar deliciosas. Cuando cocinamos verduras es importante respetar los tiempos para que su textura sea la más adecuada en cada caso. Aquí, las berenjenas deben quedar suaves y melosas.

Las berenjenas son bayas de forma redonda o alargada cuyo color exterior va, habitualmente, del morado al negro, aunque también pueden ser blancas o amarillas, de sabor más suave y sin apenas amargor. En este caso van acompañadas de dos salsas saludables de inspiración mediterránea y se acompañan de mermelada vegetal, ralladura de cítricos y frutos secos, para poner dulzor, frescor y un toque crujiente.

Si te gustan los canelones, pero buscas una versión más ligera, esta receta de falsos canelones de puerro es para ti. Usaremos para formarlos las capas exteriores del puerro en vez de láminas de pasta y los cubriremos con bechamel de calabacín, logrando, además de incorporar más verdura, un plato sin gluten.

En este caso he elegido para el relleno un sofrito de verduras con pescado y marisco, concretamente merluza y gambas, aunque se pueden sustituir por otros, y también preparar canelones veganos, usando sólo verduras y hortalizas o incorporando legumbres o proteína vegetal a la mezcla. También puedes usar un relleno frío, tipo ensaladilla.

Las berenjenas son bayas de forma redonda o alargada cuyo color exterior va, habitualmente, del morado al negro. Es un alimento que combina muy bien con otros, por lo que esta receta de berenjenas con salsa de ajo y azafrán es perfecta para acompañar tanto una carne a la plancha como un pescado al horno, pero también para servir con arroz cocido o pasta.

Se trata de un plato muy vistoso con diferentes aromas y sabores, y también con distintas texturas. La salsa de ajo y azafrán es sedosa y potente, los pistachos ponen el punto crujiente, mientras el perejil y la miel dan su toque a las rodajas de berenjena a la plancha.

El boniato, también conocido como batata, camote o patata dulce, es un tubérculo comestible que se cultiva en zonas tropicales y subtropicales. Cristóbal Colón lo trajo a Europa a finales del siglo XV. Rico en almidón y fibra, destaca por su contenido en vitamina A (beta-caroteno), B5, B6 y potasio.

En España el boniato se utiliza mucho para hacer postres típicos del Día de Todos los Santos y de Navidad, especialmente en la costa mediterránea y en Canarias, donde también se usa para cocinar guisos. A mí me encantan los chips de boniato finos y crujientes, pero en este caso lo vamos a hornear entero para que se ase y quede meloso.

Si te aburren las cremas de verduras, esta receta de crema de calabacín te va a sorprender, porque tiene un sabor diferente y especial, gracias al contraste que aportan diferentes ingredientes al plato. Encontrarás el gusto algo picante y umami del queso azul, con el dulce de la pera y la miel.

Lo fundamental cuando cocinamos recetas de crema de verduras es dorarlas muy bien, ya sea en una cacerola o en el horno, porque sólo así conseguiremos potenciar su sabor y que no quede un puré insípido y nada apetecible. Añadir fruta le aporta también matices muy interesantes, como en esta crema de calabaza, que lleva manzana.

En días de calor, apetecen recetas frescas y estos tomates rellenos son ideales: fáciles de preparar, muy saludables y riquísimos. En esta ocasión he elegido una ensalada de pulpo a la vinagreta para el interior, pero puedes poner la ensalada o ensaladilla que más te guste.

Los tomates son una de mis hortalizas favoritas, sobre todo cuando huelen y saben a tomate. El verano es su mejor momento, porque podemos encontrar en las fruterías los llamados tomates del terreno, que además suelen ser grandes y son estupendos para rellenar. Tienen muy pocas calorías, un gran aporte en vitamina C y nos hidratan, porque un 95% de su contenido es agua.

Las ensaladas son platos que permiten combinar un montón de alimentos y que pueden ser muy ricas y variadas si tenemos imaginación. Aprovecha los alimentos de temporada para ir cambiando y no aburrirte con la clásica de lechuga, tomate y vinagreta. Las hortalizas, crudas o cocinadas, son una opción estupenda.

Esta propuesta une a los espárragos trigueros con salmón, una pareja estupenda que se une, en esta receta de ensalada de primavera a ingredientes como los pistachos o el huevo duro para lograr que sea más completa.

¿Te animas a probar esta receta de ensalada templada de trigueros con salmón?

¿Sabes que los guisantes son una legumbre? Aunque habitualmente se considera una verdura, el guisante pertenece a la familia de las leguminosas. Puedes encontrarlos todo el año tanto en conserva como congelados, pero durante la primavera (entre marzo y junio) puedes comprarlos frescos y disfrutar de sus granos, incluso, crudos.

El guisante es una buena fuente de proteínas -sobre todo en este caso, combinado con jamón y huevo-, minerales y fibra, pero destaca por su aporte en vitamina C. La planta del guisante también es beneficiosa para el medio ambiente, ya que fija el nitrógeno en el suelo.

Prepara una cena o un primer plato rápido y saludable, con esta receta de cazuelitas de huevo con verduras. Elige tus hortalizas favoritas y haz que queden muy cremosas gracias al queso cottage que añadiremos al cocinado. Termina poniendo un huevo y unas hierbas frescas.

Yo he aprovechado que los espárragos verdes están de temporada para usarlos, junto con champiñones Portobello y puerro. Son tres hortalizas que combinan muy bien con unas gambas, pero lo mejor de esta receta de cazuela de verduras cremosas con huevo es que puedes modificar ingredientes a tu gusto.

La ensaladilla rusa es una de las recetas de cocina tradicional más populares del mundo. En este caso, he preparado una versión algo diferente, con salmón en vez de atún y aligerando el aliño, usando vinagreta de eneldo y mostaza en vez de mayonesa.

Esta ensaladilla de salmón es ideal como aperitivo o tapa, pero también a la hora de la comida o la cena, pues es bastante contundente, gracias a la clásica base de patata cocida y huevo duro. Las hortalizas de la ensaladilla tradicional dejan paso al aguacate y la cebolla, mientras que los pepinillos sustituyen a las aceitunas.

Por cierto, es una ensalada que apetece todo el año, porque se puede tomar fría o templada. Si quieres servirla templada, cocina el cous cous en el último momento y deja el resto de ingredientes a temperatura ambiente durante un par de horas antes de emplatar y comer.

La alcachofa es una hortaliza invernal muy apreciada en la cocina por su sabor y por sus cualidades. Rica en vitaminas y minerales, no tiene apenas grasa, y sí una fibra, la inulina, que posee efectos prebióticos. Excelente diurético, también aporta cinarina, que ayuda a proteger el hígado.