A veces, mientras cocino, se me ocurren ideas que no tengo muy claro si son buenas o malas (por las calorías que conllevan). Como estos florones rellenos de chocolate, que surgieron hace un par de semanas, cuando una compañera de trabajo llevó unas preciosas flores fritas a la oficina. "¿Dónde has comprado ese molde?", le pregunté. "Me lo han hecho", me dijo, "si quieres te lo presto". No podía decirle que no. Y, por supuesto, no podía dejar de enseñarlo en el blog.

Como la receta de flores manchegas, dulce típico de Semana Santa, ya la había publicado (ligeramente distinta a ésta porque hay tantas recetas como señoras manchegas que las preparan), se me ocurrió rellenar sus grietas y crear unas flores fritas sólo aptas para los más golosos.

Después de probar las flores rellenas en casa (y de que, literalmente, volaran en menos de una hora) todos dieron el visto bueno: la nueva receta había pasado la prueba y podía tenía que estar en el blog. Así que, allá va, para que no digáis que me guardo nada.

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Ingredientes (para unas 12 flores):
-Para las flores:
2 huevos
250 gramos de leche
1 cucharada de anís (o ron negro)
1 cucharada de azúcar avainillado (o una cucharada de azúcar y una pizca de vainilla en pasta, aroma, esencia o extracto)
170 gramos de harina
Azúcar para espolvorear (opcional)
-Para la ganache:
100 gramos de nata para montar
100 gramos de chocolate (blanco, negro o con leche, a tu elección)

Elaboración:
Pon en el vaso de la batidora los huevos, la leche, una cucharada de anís, una cucharada de azúcar y la harina. Bate hasta lograr una mezcla homogénea y deja reposar 30 minutos, tapado.
Mientras, prepara la ganache de chocolate con la que vamos a rellenar las flores. Para ello, pon la nata en un cuenco apto para microondas y calienta hasta que vaya a hervir. Mientras, trocea el chocolate. En ese momento, saca la nata y añade el chocolate. Deja reposar un minuto y mueve con una cuchara hasta que no quede ningún grumo. Vierte en una manga con una boquilla fina y deja que se enfríe a temperatura ambiente.

Cuando la masa haya reposado, prepara un cazo en el que quepa el molde y que quede holgura alrededor. Echa aceite de girasol y pon a fuego alto. Cuando esté caliente, mete el molde dentro del cazo y espera unos minutos a que coja temperatura. La primera vez tarta bastante, luego va más rápido. Ten paciencia, porque tiene que estar muy caliente. Mientras, pasa la masa a otro recipiente que aguante bien el calor y donde el molde entre justo. Cuando esté muy, muy caliente, saca el molde del aceite, mete en la masa dejando unos un par de milímetros libres por arriba (si cubres todo de masa, no podrás soltar la flor). Mete rápido en el cazo y verás cómo se empieza a dorar y, poco a poco, se separa la flor del molde. Una vez suelta, deja que se haga por los dos lados para que quede crujiente. Saca a un plato con papel absorbente y, si quieres, espolvorea con azúcar la parte exterior. Deja enfriar.

En este vídeo de mi canal de Youtube puedes ver cómo se hacen las flores manchegas:

Cuando estén todas hechas y frías, coloca con el hueco del molde hacia arriba. Coge la masa y rellena con cuidado todas las rendijas, vigilando para que no desborde. Deja reposar un par de horas para que la ganache coja un poco de cuerpo.

Trucos y consejos:

→ Si el aceite y el molde no están muy, muy, pero que muy calientes, las flores no saldrán. Sólo al contacto de la masa con el calor del molde se adherirá a él.

→ A veces, las flores se enganchan al molde y no se desprenden por sí solas. Puedes ayudarte de un tenedor para ir soltándola. Hazlo despacio y con paciencia o se romperá.

→ Si te gustan los anisesetes (anís en grano), puedes poner una cucharadita en la masa después de batir.

→ También son recetas típicas de Semana Santa las torrijas (si quieres, te enseño a hacer pan de torrijas), la mona de Pascua o las rosquillas.