En primer lugar, pela todas las almendras. Para ello, pon un cazo con agua al fuego. Cuando rompa a hervir, añade las almendras, apaga el fuego y deja escaldar durante un 1 minuto. Escurre, enfría bajo el grifo y pela haciendo presión con los dedos sobre la piel. A continuación, seca bien con papel absorbente y reserva hasta que pierdan la humedad.

Corta las almendras longitudinalmente, en palitos, con un cuchillo bien afilado, y tuesta en una sartén sin usar ninguna grasa. Cuando estén muy ligeramente tostadas, saca a un plato y reserva. No tienen que coger apenas color.

En la misma sartén, pon el azúcar a fuego medio y deja que caramelice (no lo toques ni muevas durante el proceso). Cuando esté totalmente disuelto y empiece a coger un tono rubio, añade las almendras, que seguramente seguirán calientes. Con ayuda de una espátula, mezcla las almendras con el caramelo para que se impregnen bien. Añade entonces la mantequilla y una pizca de sal y sigue mezclando. Saca a un plato y espolvorea con las especias. Reparte en tres cuencos

Calienta el chocolate blanco en el microondas dentro de un recipiente de cristal. Hazlo en tramos de 15 segundos, removiendo muy bien cada vez, para que no se queme. Cuando esté derretido y sin grumos, añade las almendras de uno de los cuencos y mezcla con ayuda de una cuchara. Coloca una hoja de papel de horno sobre una bandeja y ves poniendo montañitas de almendras con chocolate, separadas unas de otras. Repite la operación con el chocolate con leche y, por último, con el chocolate negro. Mete en la nevera hasta que se enfríen y queden compactas.

Trucos y consejos: