No hay acuerdo unánime; por eso, he titulado a este plato sopa de ajo O sopa castellana. Hay quien toma estos nombres por sinónimos y quien considera que la sopa castellana debe referirse específicamente a
aquella en la que se cuece el pan en el caldo. Como la disputa por el nombre nos da igual, yo me voy a limitar a explicaros cómo preparar una receta tradicional ideal para entonar el cuerpo cuando llega el frío invierno.
Para poder preparar esta sopa, un ingrediente fundamental es el pan. Debe ser del día anterior, para que esté bien 'sentado'. No es recomendable utilizar las barras precocinadas que venden en tiendas que no son panaderías, porque se deshacen y la sopa quedará como una masa. Hay que calcular dos rebanadas de, aproximadamente, un centímetro de grosor por comensal.
Y poco más que decir, solo animar a los jóvenes a que probéis este plato tradicional, porque los menos jóvenes lo habrán comido seguro y en muchas ocasiones (aunque igual no lo han preparado nunca, así que animaros también a hacerlo). Dicen que es una sopa de origen humilde, muy propia del centro de España (por supuesto, típica en mi tierra, Castilla-La Mancha) y habitualmente se la asocia a la cocina de Semana Santa, aunque para que se ajuste bien habría que eliminar el jamón, que en este caso yo sí he incluido porque le da un toque de sabor y aporta empaque. A mí me parece estupenda desde octubre a marzo. Prueba a prepararla y cuéntame el resultado.